Mañana, 6 de noviembre, celebraremos con alegría y agradecimiento la fiesta de nuestros hermanos mártires de Granollers, fray Alfonso y sus compañeros.
A las 17:00, como cada jueves, expondremos el Santísimo Sacramento durante dos horas, con la posibilidad de recibir el sacramento del perdón.
A las 19:00, vísperas cantadas, bendición y reserva del Santísimo.
A las 19:30, Santa Misa en honor de nuestros mártires, presidida por el obispo auxiliar de Terrassa, D. Salvador Cristau.
Nos encomendamos a su intercesión con esta oración:
Nos encomendamos a su intercesión con esta oración:
Dios y Padre nuestro, que has querido bendecir los inicios de la restauración de la Orden Franciscana Conventual en España con la sangre de tus siervos Alfonso, Miguel, Modesto, Dionisio, Francisco y Pedro, mártires de Cristo, franciscanos de vida sencilla y humilde, testigos de la fuerza misteriosa de la cruz en nuestros días. Concédenos, te rogamos, por su intercesión:
Que el Evangelio y la vida cristiana vuelvan a florecer con fuerza en el corazón de tantos hombres y mujeres de esta tierra.
Que aprendamos a obedecer más plenamente al Espíritu Santo, para poder discernir lo que Tú nos estás pidiendo en este momento de nuestra historia, buscando en todo tu gloria y el bien de la Iglesia y de todos los hombres.
Que aumente en nosotros el deseo sincero de no conformarnos con una vida cristiana mediocre y acomodada.
Que seamos instrumentos de paz y de concordia, de justicia y perdón en nuestros ambientes.
Y que tu Iglesia no se quede huérfana de pastores, ministros y consagrados que prediquen la Palabra, celebren la Eucaristía y anuncien con su vida pobre, casta y obediente los bienes definitivos. Amén.
Que el Evangelio y la vida cristiana vuelvan a florecer con fuerza en el corazón de tantos hombres y mujeres de esta tierra.
Que aprendamos a obedecer más plenamente al Espíritu Santo, para poder discernir lo que Tú nos estás pidiendo en este momento de nuestra historia, buscando en todo tu gloria y el bien de la Iglesia y de todos los hombres.
Que aumente en nosotros el deseo sincero de no conformarnos con una vida cristiana mediocre y acomodada.
Que seamos instrumentos de paz y de concordia, de justicia y perdón en nuestros ambientes.
Y que tu Iglesia no se quede huérfana de pastores, ministros y consagrados que prediquen la Palabra, celebren la Eucaristía y anuncien con su vida pobre, casta y obediente los bienes definitivos. Amén.